Durante milenios, los humanos nos hemos esforzado en dar un sentido a nuestras vidas y a todo lo que nos rodea, llegando a edificar nunerosas teorias basadas en la imaginación, la especulación, la narrativa ...
Con el transcurso de los tiempos la humanidad desarrolló una manera de evaluar lo que le rodea a través de la observación y la experimentación, dándo, cuando se puede, explicación a las cosas dentro de lo razonable. Es lo que llamamos ciencia con mayúsculas.
Y fue la ciencia la que nos desveló ya hace mas de medio siglo cual es el componente básico y común de la vida. La molécula de ADN.
Puede que alguien alguna vez elabore una teoría en la que se mantenga que el ADN sea ese ser supremo por excelencia. Un ser que toma multiples configuraciones, nunca se extingue, solo se extinguen los que lo portan. Un ser que puede formar entes con cualquier forma para que lo transporten y transfieran, un ser que es capaz de empujar a destruirse a los de una misma especie con el fin de sobrevivir, un ser que cuando se ve amenazado por cambios que no controla es capaz de matar incluso al que lo transporta. Puede pervivir en climas extremos, a altas presiones e incluso en el espacio.
Un ser no obstante cruel como la naturaleza misma.
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