¿Lo público o lo privado?

Con la crisis vuelve éste debate.
Eterna discusión.

Desde el punto de vista del interés general, lo público, ha de prevalecer ante lo privado. No obstante, la iniciativa privada es una parte muy necesaria que influye enormemente en el progreso. Lo deseable sería un equilibrio entre ambos.

Veamos.
-Lo público ha de fortalecer la cohesión social, promover y defender los avances conseguidos por la sociedad,  cuidar de los mas desfavorecidos y en resumen, velar y promover el bienestar común.
-La iniciativa privada, siempre dentro de la ley y a expensas del interés general,  ha de responder a las inquietudes de los individuos y  a su  realización como personas y habría de ser responsablemente recompensada cuando produce bienes que redunden en el interés general.
Teniendo ésto en cuenta,  es imprescindible delimitar dónde empieza y acaba la iniciativa privada y cuándo ésta, se convierte en interés público.

Supongamos que nos trasladamos a la época en la que se inventó el motor de explosión. Por aquel entonces a alguien se le ocurrió que, si a un bus, del que tiraban varios caballos, se le ponía un motor, podría ser un buen negocio el transporte en masa de viajeros. Y lo fue. Pasados unos años, ese negocio se convirtió en una necesidad  pública y deja de pertenecer a la esfera privada. La gente ya no podía pasar sin ello.
Una vez creada esa necesidad publica, los poderes públicos han de hacerse cargo de ello, con el fin de que todos y cada uno de los miembros de la sociedad tengan acceso a esa necesidad creada.
En general, podríamos llegar a la misma conclusión en parcelas como la sanidad, la educación, infraestructuras, energía, etc.

Para que ésta tesis pudiera llevarse a cabo con éxito, debería exigirse que los poderes públicos fueran justos, eficientes y dedicados exclusivamente a su función, algo que está lejos de ser una realidad, menos aún si tomamos en consideración territorios dominados por la pobreza y el subdesarrollo.